¿Cuáles son las causas y factores de riesgo para desarrollar Esclerosis Múltiple?
Conoce cuáles son las causas y los principales factores genéticos, ambientales y de estilo de vida que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad.
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso central (SNC), es decir, al cerebro y la médula espinal. Una enfermedad autoinmune es aquella en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca los tejidos sanos propios porque los confunde con tejidos ajenos.
En el caso de la EM, el sistema inmunológico ataca de manera errónea la mielina, una sustancia grasa que recubre y protege las fibras nerviosas y facilita la transmisión de impulsos nerviosos entre el cerebro y el resto del cuerpo. El proceso de destrucción de la mielina, conocido como desmielinización, deja unas cicatrices que se conocen como placas escleróticas y se pueden ver con claridad mediante una resonancia magnética (RM).
La desmielinización produce una alteración en la capacidad de los nervios para conducir impulsos nerviosos desde y hacia el cerebro dando lugar a los diversos síntomas de la enfermedad.
Además, en algunos casos, también se produce daño en las propias fibras nerviosas (axones neuronales), lo cual contribuye a la discapacidad que pueden sufrir los pacientes a lo largo del tiempo.

A día de hoy, no se conoce cuál es la causa de la enfermedad aunque se acepta que se desarrolla en personas con cierta predisposición genética expuestas a varios factores ambientales de riesgo.
Factores genéticos que predisponen a sufrir EM
Se han identificado más de 200 genes que pueden aumentar la predisposición a padecer EM, aunque no se considera una enfermedad hereditaria en sí misma. Es necesario que los individuos con predisposición genética estén expuesto a factores ambientales desencadenantes para que la enfermedad se manifieste. Por ejemplo, se ha observado que en gemelos idénticos, la probabilidad de desarrollar EM es un 30% mayor en países del norte de Europa, mientras que en países como Italia o Francia, esta probabilidad es solo un 5-6% mayor. Además, tener familiares cercanos con la enfermedad también incrementa el riesgo.
Factores ambientales que predisponen a sufrir EM
Como hemos explicado anteriormente, para que una persona desarrolle EM es necesario que esté expuesta a algún factor ambiental de riesgo.

Edad, sexo y raza
Aunque la EM puede afectar a cualquier edad, es más frecuente en personas de entre 20 y 40 años. Además, las mujeres tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad que los hombres. En cuanto a la raza, se ha observado que las personas procedentes de países del norte Europa presentan un mayor riesgo, mientras que las personas de Asia, África o los indígenas estadounidenses presentan un riesgo menor..
Infección por el virus de Epstein-Barr
La infección por el virus de Epstein-Barr, responsable de la mononucleosis, se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar EM. De hecho, casi todas las personas adultas que padecen EM han tenido contacto con este virus en algún momento de su vida.
Exposición solar y niveles de vitamina D
La exposición solar y los niveles de vitamina D también desempeñan un papel en el desarrollo de la EM. Las personas que viven en países más cercanos al ecuador tienen una mayor exposición a la luz solar, lo cual les permite producir más vitamina D contribuyendo al correcto funcionamiento del sistema inmunológico, entre otras funciones. Por otro lado, las personas con menor exposición solar y niveles más bajos de vitamina D tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Tabaquismo
El tabaquismo se ha relacionado con un aumento del riesgo de desarrollar EM. Fumar duplica el riesgo de padecer la enfermedad y también se asocia con una forma más grave y progresiva de la misma. Por otro lado, se ha observado que dejar de fumar, ya sea antes o después del inicio de la enfermedad, se relaciona con una progresión más lenta.
Obesidad en la adolescencia
La obesidad durante la adolescencia, especialmente en mujeres, aumenta el riesgo de padecer EM. Aunque su influencia es mayor durante esta etapa, la obesidad sigue siendo un factor de riesgo en cualquier momento de la vida.
Microbiota intestinal
La conexión entre el sistema digestivo y el cerebro ha sido objeto de numerosos estudios. y se ha observado que la microbiota intestinal de los pacientes con EM presenta alteraciones en comparación con la población general. La microbiota intestinal está compuesta por microorganismos que habitan en el intestino y desempeña un papel importante en la prevención de infecciones.
Consumo de té, café o alcohol
El efecto del consumo de té, el café o alcohol depende del tipo de EM que se padezca. Se ha observado que un consumo moderado de estas sustancias retrasa la aparición y la progresión de la Esclerosis Múltiple Remitente Recurrente (EMRR), pero no tiene un efecto significativo en la Esclerosis Múltiple de tipo progresivo.
Otras enfermedades autoinmunes
Las personas que padecen otras enfermedades autoinmunes como enfermedad tiroidea, anemia perniciosa, psoriasis, artritis reumatoide o diabetes, presentan un riesgo mayor de desarrollar EM.
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